1. Mantén una temperatura de confort
Lo ideal es que tu casa tenga una buena orientación, ya que así ahorras energía aprovechando la energía solar. Pero a no ser que vivas en una autocaravana es imposible cambiar la orientación que tiene tu casa, así que hay que controlarla con lo que está en tu mano; regulando la calefacción, controlando la luz solar que pasa por las ventanas y asegurando un buen aislamiento en paredes, puertas o ventanas.
Para que te hagas una idea en estancias frescas como el pasillo o dormitorios (zonas de corta estancia) la temperatura de confort es de 15 a 17 grados, en zonas intermedias como la cocina debe moverse entre los 17 y los 18 grados y en estancia cálidas en las que pasamos más tiempo como el salón debe ser de unos 18-20 grados.
2. Presta atención a la luz natural
La luz natural es esencial para hacer que tu casa sea más confortable, si no tienes la suerte de contar con mucha luz natural en tu casa también hay trucos que puedes hacer para potenciarla:
- Usa tonos claros en paredes y techos.
- Evita cortinas opacas que no dejen pasar la luz, a veces un visillo es mucho mejor opción.
- El color de los muebles también influye, prioriza la madera clara o en tonos blancos.
- Los cristales y espejos son grandes aliados para dar sensación de amplitud y luminosidad.
3. Prioriza tejidos que traspiren y de fibras naturales
Los tejidos naturales como algodón o lana dan mayor sensación de calidez. Además, al no ser sintéticos transpiran mejor y no dan problemas relacionados con alergias.
4. No descuides la calidad del aire
Para que tu casa sea confortable debe estar bien ventilada y el aire debe ser saludable.
Siempre que puedas coloca plantas naturales y abre las ventanas todos los días, siempre evitando los cambios bruscos de temperatura o un exceso de calor/frio. Si no puedes abrir ventanas a diario puede ser buena idea hacerte con un purificador de aire, el cuál se encargará de hacer parar por filtros el aire para eliminar polvo, bacterias e impurezas.
Controla también la humedad relativa, si estás fuera del rango 40-70% deberías pensar en usar aparatos como humidificadores o deshumidificadores para mantenerla en niveles adecuados.
5. Juega con los colores
¿Sabías que los colores afectan al estado de ánimo? Pues ahora que lo sabes tenlo en cuenta la próxima vez que pintes las paredes.
Si quieres conseguir un ambiente confortable puedes combinar colores neutros (blancos, beige, tierra, grises…) con otros más oscuros para, aparte de crear un ambiente confortable, darle tu toque personal.
