Los meses más gélidos del calendario nos invitan a vestir la cama con textiles cálidos para dormir cómodos, calentitos y confortables.
Sin duda, los favoritos son los edredones de plumas por su confort y calidez. Aunque estas piezas son bastante resistentes, requieren una serie de cuidados y rituales de limpieza específicos para conservar la calidad y su vida útil.
Te damos consejos para que tu edredón de plumas dure mucho tiempo y puedas seguir sacándole partido a tu descanso.
Cómo lavar un edredón de plumas paso a paso
Una de las dudas más frecuentes sobre el edredón de plumas es si es posible meterlo en la lavadora sin que pierda el relleno o merme su calidad.
La inmensa mayoría de los modelos son compatibles con este electrodoméstico, si bien es cierto que también hay muchos otros que únicamente admiten el lavado en seco y, por lo tanto, hay que llevarlos a la tintorería. Así que, antes de tomar cualquier decisión, echa un ojo a la etiqueta y comprueba que las indicaciones del fabricante incluyen el lavado húmedo y especificaciones sobre los productos y la temperatura compatibles.
En la lavadora
Si efectivamente se puede meter en la lavadora, sigue los pasos que te explicamos a continuación y te durará décadas:
1. Verifica que el edredón no está roto, descosido o desgastado en alguna parte que pueda implicar la pérdida de relleno durante el programa de lavado y, por lo tanto, su deterioro. Si es así, repáralo previamente. Si tiene alguna mancha más complicada, elimínala frotando con un paño humedecido en detergente.
2. Introduce el edredón en la lavadora. Si tienes dificultades o queda muy justo y presiona el bombo es que no cabe. No fuerces su acomodación en el interior y elige otra opción de limpieza como las lavadoras industriales, que tienen más capacidad que las domésticas. De lo contrario, no se lavará adecuadamente y las plumas se apelmazarán de tal manera que no recobrarán su estado original tras el lavado. Para que tengas una referencia, los edredones pequeños, para camas individuales, caben en las lavadoras con una capacidad de carga de 6 kg o 7 kg , mientras que los de cama doble o king size exigen modelos con una capacidad superior a 8 kg.
La clave para que salga perfecto de la lavadora está en que las plumas se distribuyan homogéneamente en el interior, pues son las que crean la cámara de aire que aísla el frío y mantiene el calor. Para evitar que se apelmacen, puedes recurrir al truco de introducir un par de pelotas de goma o de tenis envueltas en unos calcetines e incluso unas zapatillas de lona blancas limpias. Durante el lavado golpearán el textil y mantendrán esparcidas las plumas del relleno.
3. Utiliza detergente sin enzimas y evita añadir suavizantes o productos agresivos como la lejía o los blanqueadores. Elige un programa corto para ropa delicada con centrifugado a bajas revoluciones para impedir que los plumones del relleno se apiñen y el textil mantenga sus propiedades. Respecto a la temperatura, lo más recomendable es consultar las instrucciones del fabricante. Si no las explicita o tienes dudas, lávalo en agua fría o a una temperatura inferior a 30 grados. Una vez concluido el lavado, deja que la lavadora realice un par de ciclos de aclarado extra a centrifugado suave para retirar los posibles restos de detergente y el exceso de agua para facilitar su secado.
4. El proceso de secado del edredón de plumas es tan importante como el de lavado. El método más natural es secarlo al aire, siempre evitando la exposición directa al sol en sus horas más intensas, pues puede provocar la aparición de manchas. Es importante que lo coloques en posición horizontal, nunca en vertical, y lo estires bien para que el relleno no se acumule en los extremos y deje el centro hueco. Cámbialo de posición de vez en cuando para que las plumas se muevan. Si no quieres arriesgarte o no tienes la posibilidad de tenderlo en el exterior, hazlo en el interior, aunque tardará unas cuantas horas más en secarse. Para acelerar el proceso, puedes recurrir al truco de colocarlo cerca de un radiador o un ventilador.
La opción más cómoda y rápida es la secadora. Como en el caso del proceso de lavado, aplica un temperatura media e introduce varias pelotas de tenis para evitar que el relleno se apelotone. Antes de usarlo o guardarlo, asegúrate de que está completamente seco para evitar la aparición de hongos o moho en su interior, pues causan la aparición de malos olores y deterioran las plumas.
Cómo lavar un edredón que no cabe en la lavadora
Si tu lavadora carece de capacidad para lavar el edredón, siempre puedes hacerlo en la bañera. Aunque es un proceso más laborioso e incómodo, los resultados son buenos si sigues los siguientes pasos:
- Llena la bañera limpia de agua templada (la temperatura ideal es 25 o 30 grados) y mete el edredón de plumas.
- Agrega la misma dosis de detergente que echarías en la lavadora. Opta por uno neutro, sin enzimas y respetuoso con las propiedades del edredón. No añadas lejía ni blanqueadores ni suavizante ni ningún otro producto agresivo que pueda dañar el tejido.
- Sumerge poco a poco el edredón y, una vez en el fondo, presiónalo ligeramente para evitar la aparición de burbujas de aire en su interior. Remuévelo suavemente cada quince o veinte minutos unas cinco o seis veces para que el jabón llegue a todas las partes.
- Una vez realizado el lavado, retira el agua y escurre el edredón presionándolo suavemente sobre el fondo o la pared de la bañera.
- A continuación hay que retirar el jabón. Para ello vuelve a llenar la bañera de agua sola, sumérgelo varias veces y escúrrelo suavemente. Repite el proceso hasta que el agua salga completamente clara. Con cuatro o cinco veces debería ser suficiente.
- Finalmente, ponlo a secar. Puedes hacerlo al aire o en la secadora siguiendo los mismos pasos que te hemos explicado en el apartado anterior.
Cómo cuidar un edredón de plumas
Si cuidas correctamente el edredón de plumas, te durará muchos años. Afortunadamente, el mantenimiento que precisa es muy sencillo y no requiere un esfuerzo extra. Estas son las claves darle larga vida a tu edredón de plumas:
- Cúbrelo con una funda nórdica para evitar el contacto directo con el edredón. De este modo solo tienes que cambiar la funda y el edredón estará limpio y protegido.
- Sacúdelo y airéalo todos los días para que las plumas se redistribuyan y se ahuequen para que el edredón muestre un aspecto más mullido y voluminoso. Con este sencillo gesto también evitarás la acumulación de suciedad, la humedad fruto de la sudoración y, por lo tanto, los malos olores.
- Cuando no lo uses guárdalo en su embalaje original. Si no lo conservas, puedes meterlo en una funda de tela holgada, donde no quede apretado. No recurras a la bolsa de plástico, pues este material impide la transpiración de las plumas, propiciando la aparición de moho y mermando su calidad. Almacénalo en un lugar seco y ventilado y no coloques peso encima.
- No lo laves a menudo. Una vez al año, al final de la temporada de frío, es suficiente.
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